Arte cretense

La espléndida situación de Creta en el centro del Mediterráneo Oriental, en una isla fértil y con buenos puertos, permitió que alcanzara un gran nivel cultural y económico. La civilización minoica, en la isla de Creta, tenía relación con todos los países orientales gracias a la primera gran flota que registra la historia, gracias a la cual se convirtió en una gran potencia comercial, sometiendo gracias a ella también a vasallaje a las ciudades aqueas y jonias del resto de Grecia.
Los cretenses viven en ciudades y viven del comercio, tienen una civilización de tipo urbano, en la que ni la religión ni el despótico poder de un autócrata polarizan la atención del artista. El arte cretense es cortesano y aristocrático, y hay que destacar en él la ausencia de toda representación bélica.
La cultura y el arte cretense son de los más originales de la antigüedad, pues se relaciona con todas las antiguas civilizaciones sin perder sus características peculiares.

La Historia de Creta atraviesa tres períodos:

• Minoico Antiguo: del 3.500 al 2.000 a.C.

• Minoico Medio: del 2.000 al 1.700 a.C. y del 1.700 al 1.400 a.C. (a este último periodo pertenecen las mayores realizaciones artísticas).

• Minoico Reciente: del 1.400 al 1.200 ó 1.100 a.C. (Los cretenses sometidos a sus conquistadores griegos).

 

Jarrón Kamares de cerámica minoica Hecho a mano en Grecia

Las paredes suelen estar recubiertas de pinturas al fresco, el Salón del Trono del Palacio de Knosos con representaciones de plantas y animales; en el Fresco de los delfines de la Sala de la Reina del Palacio de Knosos aparecen animales marinos, que son los más característicos de este arte. También encontramos otros tipos de escenas: deportivas, algunas tan peligrosas como el salto del toro, Taurokathapsía; procesionales, como en la procesión del Palacio de Knosos; retratos, como el de La Parisina, etc.
Es la manifestación más clara, junto con la escultura, de la delicadeza y la gran estilización y belleza del arte cretense, que gusta de formas ondulantes que conducen a una pintura elegante. Sus precedentes están en Egipto, especialmente en la pintura del imperio nuevo, y en Mesopotamia. Es semejante en técnica y en ejecución a estas pinturas, pero es diferente en los temas y en la ausencia de tantos convencionalismos, rigidez y, además, no encontramos una jerarquización tan marcada. Se emplean colores vivos y llamativos, planos, sin matices, ya que se trata de una pintura bidimensional.

– Además del fresco conocían la técnica del estuco con la que imitaban los efectos de la madera y el mármol.

– La cerámica cretense pintada, dos estilos:

Estilo Kamarés, con motivos vegetales, geométricos y curvilíneos sobre fondo negro.

Estilo de Palacio, más reciente, con dibujos de animales marinos, principalmente pulpos.

La escultura cretense

Son muy escasas las muestras de escultura, pero se han encontrado pequeñas estatuas de cerámica, oro o marfil, como las Sacerdotisas o Diosas de las Serpientes.

– Se trata de representaciones de una diosa (probablemente la de la fertilidad) o de una sacerdotisa; las figuras llevan el traje característico, corpiño muy ajustado con manga corta hasta el codo y con un gran escote que deja el pecho al descubierto y falda con volantes; el tocado puede tener distintas formas: un turbante, en forma de tiara, etc., y puede estar cornado por un animal con sentido religioso; los brazos se encuentran separados del cuerpo, en actitud orante, creando un buen espacio y haciendo que la figura pierda rigidez.

– El relieve no es muy común. Los ejemplos más importante son los Vasos de Vafio. Son dos vasos posiblemente religiosos, muy pequeños, de una altura de unos 8 cm., se encontraron en la tumba de Vafio, que se encuentra en Esparta, por lo que a veces se catalogan estas escenas como micénicas, pero estilísticamente pertenecen al arte minoico reciente. Representan escenas al aire libre en las que el hombre y el toro se relacionan y en las que aparece el paisaje. En el vaso pacífico o bucólico aparecen representados toros pastando, uno les guía y otro es atado por un hombre. En el vaso dramático, aparece representado un toro que ha caído en una red, el resto huye y uno arremete contra un hombre.

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