Castillo de Chichén Itzá

Chichén Itzá es la ciudad maya que está ubicada en Yucatán en dirección a Mérida y tiene restos arqueológicos del vasto imperio precolombino.

Chichén Itzá fue fundada por los mayas entre los años 325 y 550. Hacia el año 800 los toltecas invadieron la región y hacia el siglo XII llegó a ser la ciudad más poderosa de la Península de Yucatán.

El Castillo de Chichén Itzá

La cultura tolteca adoraban a la serpiente emplumada que para toltecas y aztecas llevaba el nombre de Quetzalcóatl.

El Castillo de Kukulkán “La serpiente emplumada”, mide 60 metros por lado, en la base. Se eleva en nueve cuerpos decrecientes hasta la altura de 24, alcanzando así la mese que sostiene el templo, y éste levanta sus muros ocho metros más. Cada fachada o frente de la mole en pirámide, ostenta una ancha escalinata formada de 91 peldaños de piedra, conjunto que compone 364 gradas, y añadida la tierra, o la plataforma superior, 365. Rematan las escaleras del Castillo, al nivel del suelo, colosales cabezas escultóricas, de figura de serpiente.

En 1930, gracias a los trabajos arqueológicos mexicanos realizados al Castillo, se comprobó la existencia de un edificio piramidal interno, provisto de escalera solamente por la cara septentrional. A semejanza del exterior, se compone de basamento en pirámide y santuario asentado arriba. Como la externa pirámide, consta la interior de nueve cuerpos decrecientes, y guarda una estatua de Chac Mool impresionante. Sus ojos, dientes y uñas son de hueso, hábilmente aplicado en la piedra. Guardaba la espléndida escultura de un tigre monolítico, pintado a color rojo deslumbrador. Presenta abiertas las fauces, y los ojos son un par de redondas placas de jade.
Las cuatro escaleras tienen 91 escalones cada una y sumando la plataforma superior nos dará 365 peldaños o días del año simbólicamente hablando. Los mayas fueron estudiosos de la astronomía. Un fenómeno sorprendente, que a la vez corrobora lo dicho anteriormente, es el que se da en los equinoccios de primavera y otoño (o sea, 21 de marzo y el 21 de septiembre). Se trata de un juego de luces y sombras que aparecen en un lado de la escalinata norte. Ésta posee en la parte inferior una cabeza de serpiente esculpida en piedra y cuando llega la fecha indicada se le dibuja el resto del cuerpo en forma de triángulos, dando la sensación de que la serpiente baja por la pirámide. El fenómeno dura aproximadamente 3 horas y 22 minutos.
Debajo de la escalinata norte tiene otra escalera que accede a un pasadizo interior antiguamente secreto. Cuando llegas arriba, bañado en sudor por el calor húmedo del interior, se aparece un jaguar rojo cuyos ojos incrustados eran de jade, debía ser el vigilante de la pirámide.

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