Arte neolítico. Historia, características y ejemplos

El Neolítico se extiende aproximadamente entre el VII y el III milenio. Durante mucho tiempo y para distinguirlo del período anterior o Paleolítico (edad de la piedra tallada) ha sido llamada edad de la piedra pulimentada.
El Neolítico fue un período de profundas transformaciones que afecaron tanto a los modos de vida como a los utensilios humanos. Al adoptar la vida sedentaria, el hombre descubrió la agricultura y la ganadería, comenzó a pulimentar la piedra con que hacía sus últiles y a fabricar hachas y “martillos”. Aprendió, asimismo a trabajar la madera, a tejer y a hacer cestos, así como a vivir en comunidad. Estos cambios se hicieron patentes antes que en otros sitios, en Oriente Medio, como se desprende de las excavaciones de Jarmo y de Hassuna (Irak) de Ras Shamra (Siria) de Jericó (Palestina) y de Catal Hüyük y de Hacilar (Anatolia).
Semejante evolución no podía menos que tener importantes consecuencias para el arte anterior a las imprecisas fronteras entre prehistoria e historia, es decir para el arte del Calcolítico (hacia 2000 a.C. fecha de la aparición y progresiva utilización del metal: cobre, bronce y hierro sucesivamente) Aunque tallados en los mismos materiales que en los tiempos del Paleolítico, los utensilios neolíticos confirman los grandes avances técnicos de la talla del sílex (puñal del sílex de Hindsgavl, Conpenhague) Al parecer, el pulido de la piedra, consencuencia de la aparición de los primeros objetos metálicos procedentes de Oriente, pretendía dat un aspecto metálico al producto del trabajo. La estatutaria figurativa encontró en la representación de la diosa-madre, Magna mater, encarnación de la fecundidad, uno de sus temas característicos.  Entre las múltimples estatuillas dedicadas a dicho culto, las más notables son las halladas en Hacilar, realizadas con arcilla y cuya fabricación se remonta al VI milenio. Más antiguas aún son las figuras sentadas sobre leopardos, representadas como “señoras de los animales”, las hay que llevan un niño y no faltan las que aparecen echadas  (estatuillas de Makarenko, en Ucrania y de Malta) Todas ostentan formas opulentas que, en ocasiones rozan la obesidad. A medio camino entre la escultura y la arquitectura megalítica (nacida esta última hasta el III milenio) se sitúan las estatuas menhir halladas, sobretodo  en el Mediodía francés y en Córcega. Realizados durante el II milenio, estos rudimentarios ídolos son menhires en cuya superficie aparecen ligerísimos relieves con los rasgos de un rostro, de unos miembros,  y en el caso de los de Córcega (Filitosa) de unas armas (espada, puñal). La arquitectura megalítica es de esencia religiosa y funeraria, se desarrolló aproximadamente, hasta el año 1500 a.C. y floreció muy en especial en las regiones costeras de Europa. El significado de esas extrañas construcciones no ha sido precisado todavía con certeza. Se distinguen varias familias de megalitos: los dólmenes y las avenidas cubiertas (Bretaña, Cerdeña, Baleares) sin duda sepulturas y lugares de ceremonias religiosas ; los menhires, ora aislados, ora dispuestos en alineaciones rectas (como en Carnac, Bretaña) o circulares llamadas crómlech en este caso (como en Stonehenge, Gran Bretaña) dedicados con mucha probabilidad al culto de la fecundidad, a la adoración al sol en incluso con carácter (Stonehenge) de calendario astronómico. También hay que citar las navetas (recintos funerarios) y las taulas (lugares de sacrificio) de las Baleares, pertenecientes a la Edad del Bronce. El conjunto de los monumentos megalíticos es de una importancia fundamental:  son sencillamente, las primeras muestras de la arquitectura occidental.
Por último, las pinturas rupestres constituyen una de las más interesantes manifestaciones del arte neolítico y perpetúan una tradición que tiene sus orígenes en el Paleolítico. Los conjuntos pictóricos hallados en Fezzan (Libia) en Hoggar o en Ibesti no hacen olvidar las maravillosas pinturas murales de Tassili m’ Ajjer, que evocan la vida cotidiana de los pastores de bueyes. Este arte corresponde a la época en que diversos grupos humanos se sucedieron (de 5000 a 2000 a.C.)  en la ocupación del Sahara, entonces verde y fecundo. Más recientemente se han descubierto pinturas parietales en varios santuarios de Catal Hüyük, Turquía. Realizadas éstas probablemente entre los milenios VII y VI representan escenas de caza y de danza que, debido a su semejanza con las descubiertas en el Levante español, abren perspectivas interesantísimas a los problemas de la marcha de las influencias. Estas pinturas (y los bajorrelieves de yeso montados en paneles de arcilla y pintados de rojo que representan luchas de animales) guardan una directa relación con los rituales funerarios o mágicos que tenían por escenario dichos santuarios.
La adopción de la vida sedentaria, que permitió la constitución de reservas y el descubrimiento de la cocción de los alimentos sucitaron la creación de la alfarería. Las vasijas de barro, durante mucho tiempo torneadas o mejor dicho, moldeadas a mano, se adornaban con gran frecuencia con decoraciones incisas (escaques, rombos y espiguillas, sobre todo) características de la producción mediterránea de finales del Neolítico (Chassey en Francia; Lagozza, en Italia).
La cerámica balcánica y la danubiana ofrecían más bien una decoración  a base de tiras o cintas. Al final del Neolítico, y paralelamente al trabajo del cobre, hizo su aparición un nuevo tipo de alfarería, llamada cordada, que se localiza en las llanuras del norte de Europa. La alfarería campaniforme, nacida al parecer en España (Los Millares, Ciempozuelos) se extendió hasta Bohemia y Moravia.

Ejemplos de arte neolítico

arte neolitico - pintura rupestre 2500 a.C.
Pintura rupestre del neolítico. Rebaño de bóvidos. Hacia 2500 a.C. Jefar (¿o Tabbaren?) Tassili m’ Ajjer.

 

arte neolitico, ejemplo de pintura rupestre que sigue hasta nuestros días, Anatolia.
Gran toro rojo rodeado de cazadores. Fresco. Hacia 850 a..C. Catal Hüyük, Anatolia.

 

Bibliografía:

Diccionario Universal del Arte. Tomo 4 – N-R. Pierre Cabanne. Ed. Argos-Vergara. Barcelona. 1979