Edificio del Instituto Biológico Argentino

El edificio Instituto Biológico Argentino es una de las más destacadas construcciones de la ciudad de Buenos Aires.
El edificio Instituto Biológico Argentino, ubicado en la Av. Rivadavia 1775 se construyó en 1927 y fue diseñado por el arquitecto italiano Atilio Locatti. Coronado por un impactante reloj de autómatas, pasa a integrar el extremo más grandioso de la Plaza del Congreso con el Palacio Legislativo, el monumento a los Dos Congresos y la Confitería del Molino.
Es considerado por los expertos, un palacete veneciano con una fachada de estilo neoveneciano, ya que el diseño arquitectónico y la construcción se realizó al estilo de los grandes palacios renacentistas vénetos. La idea era darle un uso mixto: desde el subsuelo hasta el segundo nivel, para desarrollar la actividad científica; en los siete pisos restantes, departamentos para alquilar.
Por eso en el subsuelo estaban las calderas, depósitos, tanques y cámaras refrigeradoras. En la planta baja se destacaban tres portones con paredes y pisos de mármol y cielorrasos decorados. Toda la carpintería es de hierro y revestida con láminas de bronce.
El Edificio tiene inspiración directa en la “Torre dei Mori” o “Torre dell’Orologio” del principal ángulo de la Plaza San Marcos de Venecia y despliega, una versión ecléctica del neorrenacimiento italiano. En sus casi 10000 mts 2, se llevó adelante un trabajo de puesta en valor en el que se aplicaron criterios de selectividad para restaurar, reciclar y renovar. Los sectores a renovar se adaptaron al uso oficinesco que a partir del 2014 le daría la AGN, cumpliendo las condiciones de habitabilidad normadas.

Con respecto al ascensor es una cabina de hierro forjado, forrada en madera de roble previamente tallada. En el primer piso estaba la dirección y administración y en el segundo, todo lo relacionado con los gabinetes y laboratorios científicos.
Es destacable el coronamiento del edificio como todo palacio veneciano: el monumental reloj que integra un conjunto escultórico de más de cuatro toneladas, instalado allí en 1926. Es un reloj diseñado especialmente por la histórica empresa Fratelli Miroglio, de Turín.
El grupo tiene dos grandes figuras en bronce y fundición de hierro (cada de tres metros y medio) en actitud de golpear una campana. El cuadrante del reloj tiene dos metros y medio de diámetro y la campana de bronce y plata pesa dos toneladas. Marcaba cada hora con campanadas y su mecanismo tiene un contrapeso de 500 kilos que, por un pozo de aire, atraviesa el edificio hasta el sótano.

Reloj del edificio del Instituto Biológico

El monumental reloj que integra un conjunto escultórico de más de cuatro toneladas, instalado allí en 1926. El reloj fue diseñado especialmente por la histórica empresa Fratelli Miroglio, de Turín.
Hay dos grandes figuras en bronce y fundición de hierro (cada de tres metros y medio) en actitud de golpear una campana. El cuadrante del reloj tiene dos metros y medio de diámetro y la campana de bronce y plata pesa dos toneladas. En su época el reloj marcaba cada hora con campanadas y su mecanismo tiene un contrapeso de 500 kilos que, por un pozo de aire, atraviesa el edificio hasta el sótano.

reloj-instituto-biologico

Se dice que el conjunto edilicio está inspirado en el Reloj de los Moros, instalado en 1496 en Venecia y que un amigo veneciano de Locatti fue quien le sugirió hacer algo similar cuando proyectaba el edificio porteño. La prueba de su funcionamiento fue realizada en Torino, ante el Duque de Aosta. Lo concreto es que ya lleva 85 años mirando hacia la Avenida Rivadavia. Una joya de la arquitectura porteña que es digno de estudiar y admirar.

Auditoría General de la Nación / Ex Instituto Biológico Argentino

Dejá un comentario