Palacio del Marqués de Dos Aguas

El Palacio del Marqués de Dos Aguas es un palacio valenciano construido en 1740.
Este imponente palacio estilo rococó, tiene un impresionante portal de alabastro, diseñado por Hipólito Rovira y por Ignacio Vergara. Situado en la ciudad de Valencia, España perteneció a un Marqués local. Está situado entre las calles Poeta Querol, calle de la Cultura y calle de San Andrés
Todas las cerámicas de la antigua ibérica, griega y romana y una colección de azulejos valencianos medievales procedentes de la Real Fábrica de Alcora, y la reproducción de una antigua cocina valenciana.

Palacio Marquésde Dos Aguas

 

La Puerta del Palacio del Marqués de Dos Aguas

La fachada principal está presidida por la imagen de la Virgen, desde donde descienden los dos ríos más caudalosos de la comunidad valenciana: el Turia y el Júcar, representados por dos grandes figuras humanas desnudas; a su lado descienden dos caudales de agua en alusión al titulo de los marqueses.

En la parte derecha de la portada vemos dos cabezas de cocodrilo, un carcaj con flechas y una vasija por cuya boca se derrama el agua. Sobre este conjunto una de las dos grandes figuras y arriba decoración de yedra a cuyo tronco se enrosca una serpiente.

En el lado izquierdo, un león recostado, otra vasija derramando agua y otro carcaj con flechas. Sobre el lomo del león descansa el pie del otro gigante que destaca sobre la puerta adintelada.

En el dintel de la puerta podemos ver el escudo de los marqueses, el escudo de los Rabassa de Perellós y sus diversos entronques nobiliarios.
En su interior se encuentra el Museo Nacional de Ceramica y Artes Suntuarias “Gonzalez Martí”.

Además se destaca la puerta de alabastro realizada por Vergara, obra maestra del churrigueresco.

En la primera planta del edificio podemos encontrar la sala de personajes ilustres, en las paredes de la cual se sitúan los retratos de Lluís Vives, Ausiàs March o Ignacio Vergara, entre otros, un habitáculo que contrasta estéticamente con otra de las salas que se ubican en esta altura, un salón chino decorado con el mobiliario original de estilo chippendale creado por el ebanista valenciano Federico Noguera y Picó que, al mismo tiempo, está decorado con pinturas orientales elaboradas por Vicente y José Flores.

Siguiendo el recorrido por este primer piso del palacio, cabe destacar la presencia de la sala Gótica, la cual fue totalmente remodelada por el fundador del museo para recrear un espacio con este carácter gótico a partir de elementos recuperados como el artesonado del siglo XVI o la escalera barroca. Este espacio también recibe el nombre de la sala de los Pinazo porque, actualmente, la sala está dedicada a la exposición de la obra pictórica de Ignacio Pinazo Camarlench y sus hijos Ignacio y José Pinazo Martínez.

Siendo el Palacio del Marqués de Dos Aguas, no podíamos eludir en este paseo por el edificio el dormitorio del marqués, situado también en esta primera altura. La ambientación del dormitorio gira en torno al sueño: la Noche y sus hijos, el Sueño, la Muerte y el Destino. En esta habitación están representados el Río del Olvido y los cuantiosos sueños a través de las ondas y hojas de acanto que aparecen en el adorno. En el techo de este habitáculo se ubican cinco lienzos que retratan El beso de la noche pintados por Plácido Francés en el año 1862.

Otra de las salas destacables de esta primera planta del palacio es el tocador de lujo, una sala que desprende pomposidad por sus cuatro paredes. El tocador se articula sobre unas columnas que culminan en un arco obra de Pablo Gonzalvo que hace referencia a Venus, Cupido y a las Tres Gracias.

 

Para concluir con el recorrido por esta primera altura, es necesario remarcar la presencia de la salita de porcelana y del salón de baile. La salita de porcelana es una dependencia auxiliar que hace de antesala del tocador de lujo que mantiene su aspecto y su mobiliario original realizado por Dresde en 1863 que imita escenas tradicionales de la pintura de género de Teniers. De la misma forma, sus paredes están decoradas con espléndidas pinturas que se le atribuyen al ornamentalista y escenógrafo José Flores.

Por otro lado, el salón de baile de estilo neoimperio es el espacio principal de esta planta noble ya que era el que se solía utilizar para recibir a los visitantes. El techo de esta habitación está presidido por la obra de Salustiano Asenjo. El consorcio de Valencia y Don Jaime por la Religión. En este caso también se conserva el mobiliario original conformado por sofás, banquetas, un borne central, además de antorcheros y apliques murales.

La segunda planta del edificio está dedicada a la exhibición de obras cerámicas, donde podemos encontrar la sala de las culturas, donde se realiza una introducción al mundo y la historia de la cerámica, la sala de la cúpula, en el techo de la cual se ubican los frescos realizados por Hipólito Rovira, así como dos últimas salas dedicadas a la cerámica y a la arquitectura musulmanas.

Las reconstrucciones del palacio

La primera de las remodelaciones del palacio se produce en torno al año 1740 y, en este primer arreglo, el palacio adquiere los principales retoques que le proporcionan el aspecto que luce en la actualidad. El pintor Hipólito Rovira, el escultor Ignacio Vergara y el adornista Luis Domingo fueron quienes encabezaron esta primera transformación del edificio.

A esta época pertenece uno de los elementos más llamativos del Palacio del Marques de Dos Aguas de València: su imponente portada. El artista, Ignacio Vergara, fue el encargado de dar forma a la impresionante fachada que se erige sobre la entrada del edificio, donde podemos observar una escultura de la Virgen del Rosario, esculpida por Francisco Molinelli.

Desde los lados de la Virgen descienden dos flujos de agua, en alusión al título de los marqueses, que son rematados con la figura de dos atlantes que representan ambos ríos, lo que acaba atribuyendo una latente exquisitez a la fachada del palacio.

En esta primera reconstrucción, las paredes de la fachada del edificio estaban decoradas con frescos de Rovira pero, un nuevo arreglo llevado a cabo entre 1853 y 1867, los acabó sustituyendo por estucos en tonos grises y rosas imitando al mármol, ya que las pinturas estaban en mal estado a causa de la humedad.

Ya en el siglo XX, el Palacio Marqués de Dos Aguas de València, fue adquirido por el Estado para trasladar al recinto la colección de cerámica donada por Manuel González Martí. El museo abrió sus puertas en 1954 y, finalmente, sufrió una última reparación de la mano del arquitecto Ginés Sánchez Hevia en 1998.