Una de las maderas más resistentes, es la madera de acacia, la cual se obtiene de un árbol de origen oceánico-africano que lleva el mismo nombre.
Conocido como el Acacia sensu lato, este árbol proporciona una de las maderas más resistentes a las injerencias climáticas, que puedan ser utilizadas en los procesos arquitectónicos. Si bien también se encuentran en África, es en Oceanía donde se alojan la mayor variedad de estos arbustos y árboles.
La calidad de la madera de acacia es increíble, y esta es una de las que mejores adaptaciones soporta tanto en interiores y exteriores, incluso sin necesidad de tratamiento alguno. La falsa acacia o robinia pseudoacacia es la más frecuente en carpintería, y la misma es muy resistente a toda clase de agentes internos y externos, ya sea que se trate de termitas, humedad, lluvia, sol, cambios de clima entre otros. Este tipo de madera presenta un color marrón dorado y una dureza superior.
La madera de acacia, se extrae de arbustos y árboles muy espinosos con ramas repletas de espinas. Cuentan con hojas pulvinuladas, pecioladas o reducidas.
Antiguamente, la acacia, era considerada como un arbusto curativo, aunque en libros antiguos como La Biblia, suele asociarse a la madera de acacia en la construcción de tabernáculos.
En el plano arquitectónico, son las cualidades de alta resistencia (resistente al fuego, agua, hongos, moho, termitas y otros factores), lo que hace de esta madera muy utilizada en diferentes construcciones internas y externas.