Palacio Episcopal de Astorga

El Palacio de Astorga es un proyecto que el mismo Gaudí no pudo completar, que debió reformar por diversas razones y que, como se ha dicho, permite las interpretaciones más variadas. En él aparecen elementos que tienden a la integración de la obra con el paisaje; el granito del Bierzo, las características de una fortaleza y el uso de una alfarería local. No siendo tal vez la obra más representativa del autor, posee un atractivo, los rasgos medievalizantes, un sabor legendario que distingue a ésta obra monumental.
Fue el obispo de Astorga que era del mismo pueblo de Gaudí, Reus, quien pidió al arquitecto la construcción del palacio. Se inició en 1887 pero al tiempo falleció Gaudí y el obispo, por lo que la construcción se finalizó en la década de 1960. Se utilizó granito blanco como material principal. El palacio tiene un aspecto que recuerda más bien a un castillo, con almenas, miradores y hasta un foso que actualmente rodea todo el monumento y en el que está ubicadas tres esculturas que diseñó el propio Gaudí.
El monumento consta de cuatro plantas: sótano, planta baja, la noble y la planta superior.
Las plantas se van uniendo en una escalera de caracol y para descender hasta el sótano, había previsto un ascensor que finalmente no se puso. En el sótano las bóvedas están hechas de ladrillo tosco sin pulir.
Las plantas superiores están caracterizadas por las maravillosas mezclas y ambientes que crean las columnas y las vidrieras al entrar la luz.

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