El arte romántico (1800-1860) fue un movimiento artístico, literario e intelectual originado en Europa. En parte surgió en rebledía contra la Revolución Industrial y en contra de la aristocracia.
Dos de los exponentes del arte romántico fueron Casper David Friedrich y Phillip Otto Runge
La Revolución Industrial entró en actividad en la última parte del siglo XVIII, comenzando en Inglaterra y extendiéndose a Francia y América. Este cambio trajo consigo una nueva economía de mercado, basada en la maquinaria: herramientas de máquina y potencia de máquina en lugar de herramientas manuales y energía animal. Las aldeas en convirtieron en centros urbanos y la gente se trasladó a ellas desde las granjas y el campo para tomar puestos en fábricas recién abiertas.
Con poca o ninguna regulación, estos trabajos podrían ser brutales. Hombres, mujeres y niños trabajaban turnos de 14 horas; podían pasar semanas sin ver la luz del día. El rápido crecimiento produjo ciudades sucias y atestadas, los trabajadores pobres a menudo quienes vivían en la miseria, y las chimeneas oscurecían el aire con hollín.
Mientras que la industrialización abarataba los bienes de consumo y aumentaba la producción de alimentos, había quienes miraban al pasado con nostalgia, viéndolo como un período romántico antes de que las personas se mercantilizaran y la naturaleza se arruinara y destruyera.
Al mismo tiempo, hubo una reacción creciente contra la filosofía de la Ilustración, que enfatizaba sobre todo la ciencia, la evidencia empírica y el pensamiento racional. Los románticos desafiaron la idea de que la razón era el único camino hacia la verdad, juzgándola inadecuada para comprender los grandes misterios de la vida. Estos misterios podrían ser descubiertos con emoción, imaginación e intuición. La naturaleza fue especialmente celebrada como un aula para el autodescubrimiento y el aprendizaje espiritual, el lugar en el que los misterios podían revelarse a la mente del hombre. Los románticos enfatizaban una vida llena de sentimientos profundos, espiritualidad y libertad de expresión, viendo tales virtudes como un baluarte contra los efectos deshumanizantes de la industrialización. También ensalzaron el valor de los seres humanos, que para ellos tenían un potencial infinito y divino.
Los artistas del período romántico intentaron capturar estos ideales en su trabajo. Rechazaron el racionalismo y el orden guiado por las normas que caracterizaron el estilo neoclásico de la Ilustración. Al igual que los artistas del Barroco, los artistas románticos esperaban inspirar una respuesta emocional en aquellos que veían su arte; pero en lugar de buscar inspirar la fe como lo habían hecho sus predecesores, la mayoría buscaba evocar un anhelo nostálgico de la vida rural y pastoral, los impulsos de los misterios de la vida y el sentido del poder y la grandeza de la naturaleza. El arte de este período también representó el ideal romántico del nacionalismo.