Así como lo hacían los antiguos romanos en sus construcciones, las piedras sirven para muchos tipos de construcciones. Muros de piedra, paredes de doble cara de piedra, paredes de piedra de contención, caminos de piedra y pasarelas, pasos de losas apiladas, losas flotante, combinaciones de piedra y ladrillo, terrazas y cimientos de piedra.
Las paredes de piedra se utilizan en las construcciones residenciales modernas para los exteriores. El paisajista James Doyle, de James Doyle Design Associates, debió construir una pared de piedra, en los exteriores de una finca de 5 hectáreas en Estados Unidos. Pero los exteriores a donde debía conducir la estructura (hacia un huerto) era una pendiente estrecha y empinada. El plan consistía en desarrollar una serie de jardines y un huerto que sería fácil de acceder desde cualquier punto. Con el fin de lograr este objetivo, Doyle llevó adelante los pasos necesarios para introducir la estructura en el paisaje.
La mejor solución era construir muros de contención para crear enormes mesetas en el paisaje, con los diferentes niveles accesibles a través de escaleras de piedra.
“El paso más importante se inicia con la selección de la obra misma de material de piedra es siempre el mismo, pero con diferentes piedras crear diferentes looks”. Las piedras erosionadas, apiladas y secas se ven como si hubieran estado en la propiedad durante siglos.
Esto puede sonar bastante simple, pero no en la construcción de un muro de 4 metros de alto y 50 metros de largo, en el que el volumen total de las rocas podría ser de toneladas incalculables. Para asegurarse de que todo su esfuerzo valga la pena, Sandoval, el ayudante de Doyle, ha ideado un método para la construcción de una “maqueta” de la pared deseada. “Una semana antes de que comience el proyecto, escojo cinco tipos de piedra que parecen encajar el proyecto, entonces tengo le pido al cliente que escoja cuál prefiere, basada en su tamaño, forma y color”, dice Sandoval.
Una vez determinado el tipo de piedra que se usará, Sandoval recogerá cerca una tonelada de la misma piedra, para comenzar la construcción de dos maquetas: una más acabada, y otra más natural. De esta manera el cliente puede ver mejor qué tipo de piedra y acabado prefiere, sin dejar nada liberado a la imaginación.