Construido por los hermanos Miguel y Massimiliano Bencich, oriundos de Trieste, Italia, dos reconocidos constructores de numerosos edificios, el Edificio Bencich es un ejemplo que conjuga elementos del clacisismo y el academicismo francés.
El Palacio es el resultado de una excelente combinación de planos traídos de París y ejecutados por los arquitectos argentinos Eduardo M. Lanús (Diploma de Honor 1898 y Estudio de Bellas Artes en París) y Pablo Hary (estudios en la Academia Real de Bellas Artes de Bruselas).
La arquitectura remarcable del Palacio se ve reflejada desde el Grand Hall, donde su suntuosa escalera impone finura y proporción al resto de la construcción. Un gran vitraux ilumina con luz central el lugar y una sobria carpintería abre a los salones revestidos con una boiserie laqueada con oro a la hoja. Las chimeneas son de mármol, bronce y espejos. Las arañas de cristal y los candelabros de bronce son piezas únicas que acompañan el estilo parisino del Palacio.
La elegancia de su arquitectura y la sofisticación de cada uno de sus espacios presentan un escenario único para la creación de nuevos momentos memorables.
El edificio Bencich es rematado por dos cúpulas que se ven favorecidas por la perspectiva diagonal y la altura respeta a rajatablas la zonificación, marca registrada de Diagonal Norte.
Los balcones de la cúpula se encuentran en el piso 11, y dan sobre la Diagonal Norte y Florida, con unas vistas increíbles de la avenida Saénz Peña, una de las más bellas de Buenos Aires por sus edificios.
También se observa desde este lugar la Plaza de Mayo y el Obelisco, la City porteña y parte del casco histórico de Buenos Aires.
El remate de ambos edificios (Bencich y Miguel Bencich) se da por sus magníficas cúpulas que cierran de alguna manera estas cuatro esquinas determinadas por la Avenida Roque Sáenz Peña, Florida, Bartolomé Mitre y Rivadavia. El Edificio Bencich cuenta con balcones en el segundo y noveno piso y sus revestimientos exteriores están realizados con símil piedra parís. A pedido expreso de los constructores, Le Monnier diseñó un edificio de oficinas. Actualmente es un bien de Patrimonio Histórico. En esta obra se manifiesta su gran capacidad para componer volúmenes y para resolver los detalles. El orden de la fachada resulta monumental, y el remate, logrado a través de las dos grandes cúpulas de cinco pisos, refuerza la escala del edificio y la perspectiva de la Diagonal.