La parte ocupada por un objeto sensible, la capacidad de un lugar y la extensión contenida en la materia existente son algunas de las definiciones de espacio, término que tiene su origen en la palabra latina Spatĭum.
Se dice arquitectónico, del latín architectonĭcus, de lo que pertenece o se relaciona con la arquitectura (el arte y la técnica de proyectar y construir edificios).
La noción de espacio arquitectónico se refiere al lugar cuya producción es objeto de la arquitectura. El concepto es revisado constantemente por expertos en la materia, ya que involucra diferentes conceptos.
Se puede decir, por tanto, que la función principal de un arquitecto es la configuración de espacios arquitectónicos adecuados. Para ello, el arquitecto utiliza elementos arquitectónicos que constituyen las partes funcionales o decorativas de la obra.
La bóveda, dintel, pilar, columna, muro, cúpula, escalera, porche y tabique son algunos de los elementos arquitectónicos utilizados por los arquitectos a la hora de desarrollar el espacio arquitectónico.
La creación del espacio arquitectónico también está vinculada al urbanismo (configuración del entorno) y las artes decorativas.
La demarcación del espacio arquitectónico se realiza a través del volumen arquitectónico. Estos dos conceptos (espacio arquitectónico y volumen arquitectónico) son independientes. A veces, la percepción de los dos no es coincidente. El volumen, a su vez, puede no corresponder a la forma material que lo define, ya que el tamaño del color y las texturas, la dirección de las transparencias y la proporción de los niveles pueden variar.