Arquitecto, diseñador de interiores, diseñador de interiores … Tantos profesionales capaces de hacerse cargo de una renovación y reorganización de un espacio interior. Sin embargo, dependiendo de cuál elija, el resultado no será el mismo. De hecho, cada uno tiene habilidades específicas y un alcance de intervención. Descubra qué los hace diferentes.
El arquitecto: experto en construcción y reformas pesadas.
El arquitecto se dedica principalmente a la construcción, ampliación o renovación importante de edificios, en particular implicando modificaciones a su estructura (pisos, muros de carga, etc.). Tenga en cuenta que el uso de un arquitecto es obligatorio para cualquier proyecto que exceda los 150 m² o que involucre la superficie total del edificio más allá de los 150 m². Calificado en gestión de proyectos, puede intervenir en cada etapa de un proyecto arquitectónico, desde el diseño hasta la aceptación del sitio, incluida la coordinación de los diversos oficios.
Muy supervisada, la profesión de arquitecto se puede ejercer en nombre propio después de obtener un título de grado en casi todos los países, de 5 años de estudios. En algunos debe matricularse en otro no.
Si bien el arquitecto tiene cualidades artísticas obvias, generalmente no tiene un enfoque tan profundo como un diseñador de interiores o decorador cuando se trata de diseñar un interior.
El diseñador de interiores: para una reorganización o una renovación completa
El diseñador de interiores se especializa en el diseño y transformación de espacios interiores. A diferencia del arquitecto, no está autorizado a intervenir en la estructura de un edificio, pero puede delegar esta parte a una oficina de diseño arquitectónico si es necesario. No obstante, puede realizar modificaciones importantes del espacio interior: eliminación de tabiques, creación de una escalera, renovación eléctrica, iluminación … Y repensar la decoración interior proponiendo nuevos colores, materiales y muebles a juego.
Menos supervisada, la profesión de diseñador de interiores se puede ejercer con o sin diploma. Por otro lado, solo un diseñador de interiores calificado puede contratar un seguro de diez años y estar autorizado para administrar el trabajo. En este caso, podrá monitorear el sitio y coordinar los diversos oficios.
El decorador de interiores: para refrescar la decoración de su interior.
El decorador de interiores busca mejorar el espacio interior existente y su decoración. Su función es repensar la atmósfera de un volumen dado, creando armonía a través de renovaciones de luz, muebles nuevos o accesorios. En este contexto, tendrá que ofrecer colores, revestimientos para pisos y paredes, cortinas … Sin embargo, no podrá intervenir en la estructura o en el diseño interior del edificio.
No se requiere diploma para ejercer esta profesión, cualquiera puede llamarse a sí mismo un decorador de interiores. Para solucionarlo, no dude en pedir a los decoradores referencias de trabajos anteriores y el alcance de sus servicios. Esto le permitirá saber si corresponden a la atmósfera que está buscando y conocer su alcance de intervención.