La Biblioteca Nacional Mariano Moreno es una obra de la arquitectura brutalista de los arquitectos Clorindo Testa, Francisco Bullrich y Alicia Cazzaniga. Se trata de la Biblioteca Nacional de Argentina que es un monumento de patrimonio histórico del país.
El edificio de la Biblioteca Nacional fue sutilmente ignorado durante muchos años por la clase alta porteña ya que siempre fue considerado una construcción muy fea en relación a la construcción en general de la ciudad y de las casas y edificios cercanos.
El edificio: El Decreto (PEN) N° 5512/1958, asigna los fondos para la construcción de la Biblioteca Nacional y constituye una comisión honoraria formada por Jorge Luis Borges (entonces director de la Biblioteca Nacional en su sede de México 564) y eminentes bibliotecarios para que, entre otras cosas, redacten el programa de necesidades del nuevo edificio. En 1961 se llama a Concurso Nacional de Anteproyectos, que en sus bases permite participar a arquitectos argentinos y extranjeros (siempre que estén asociados a profesionales locales) y excluye a los ingenieros, como forma de legitimar a la arquitectura como disciplina en la cultura moderna. Por razones políticas y económicas la ejecución del edificio se demoró y pudo ser inaugurada recién 30 años más tarde.
El edificio consta de un gran depósito de libros en subsuelo, un lugar para espectáculos al aire libre en planta baja, un hall de exposiciones, auditorio, confitería y dirección en primer piso, sala principal de lectura en el quinto piso y resto de los pisos para salas especiales, de referencias, etc.
Concepto espacial: El edificio es un gran volumen rectangular sostenido por cuatro “patas”, semejante al gran gliptodonte, animal prehistórico autóctono cuyos restos fósiles fueron hallados durante la excavación, y con el que Clorindo Testa suele compararlo. El programa organizativo de biblioteca tradicional está descompuesto y vuelto a articular con una nueva sintaxis. El auditorio, el hall de exposiciones y la confitería son piezas de mayor plasticidad colgadas de la estructura principal. La sala de lectura se ubica en el quinto piso, con vistas a la ciudad y el río. La planta baja queda liberada y, continuada en una amplia explanada, integrada a los parques, creando un gran ámbito para actividades semicubiertas y al aire libre. El depósito de libros que habitualmente ocupa las paredes alrededor del espacio de lectura, es en este caso separado liberando los laterales de estanterías, dando lugar a grandes ventanales que invitan a la lectura, no como una actividad de encierro, sino vinculada al contacto con el afuera. El amplio depósito de libros está enterrado facilitando la posibilidad de ampliación futura sin perturbar el funcionamiento general. Se trata de un ejemplo de la arquitectura brutalista, uno de los pocos en América Latina.
Calidad espacial: El ascenso por una rampa o por un sendero curvo atravesando el parque nos permite distintas aproximaciones a la obra, situada en el punto más alto del terreno. Espacios de gran altura albergan funciones principales como salas públicas de lectura y exposiciones, mientras que otros espacios de menor escala como salas de consulta y referencia, archivos y depósitos, se sitúan en entrepisos balconeando a los espacios principales, o en espacios interiores.
Fachada: Hormigón a la vista trabajado con gran plasticidad y excelente calidad de terminación. Piezas de menor tamaño y mayor libertad formal se adosan al cuerpo principal. Amplios aventanamientos vidriados con un sistema de parasoles (que no fue construido hasta el presente) para captar visuales más abiertas en la sala de lectura; ventanas de menores dimensiones, ojos de buey, cuadradas, rectangulares, nos muestran un recorte particular e intencionado del afuera en otras zonas del edificio. Desde la distancia se divisan volúmenes escultóricos coronando al edificio que encierran tanques y otras instalaciones.
Emblemático, singular, imponente, de lenguaje sorpresivo y audaz; constituye una obra esencial de la arquitectura moderna argentina.
La estructura principal ha sido resuelta en hormigón armado, revistiendo un carácter arquitectónico destinado a quedar expuesto.
En cuanto a su estructura, se ha dividido en dos tipos de fundaciones independientes.
- Directa: los depósitos de libros, sala de máquinas y Escuela de Bibliotecarios se han fundado en forma directa sobre el terreno por medio de vigas continuas sobre la losa de subpresión. Sobre estas vigas descansan las columnas que soportan los entrepisos de los depósitos, conformando un sistema tradicional de columnas, vigas y losas.
- Indirecta: el cuerpo más representativo del edificio, debido a la magnitud de la carga (7.800 toneladas), se sustenta sobre cuatro núcleos, los cuales se apoyan en 13 pilotes cada uno. Estos pilotes tienen un diámetro de 1,20 metros y una profundidad fluctuante entre 25 y 27 metros del nivel del terreno.
- A nivel de +16,49 metros sobre PB (bajo 3º piso), estos núcleos sostienen un gran plano estructural del que cuelgan por medio de tensores las losas del 1º y 2º piso.
- A nivel de +32,40 metros (7º piso), los núcleos reciben nuevamente un plano estructural del que cuelgan por tensores las losas sobre el 5º piso y rampa.
La circulación vertical, tanto de personas como de material bibliográfico, montantes de electricidad y cañerías diversas, se alojan en estos cuatro apoyos que por su similitud biológica a un gliptodonte, con su panza y cabeza hacia Avenida Libertador, se los denomina manos y patas. Tanto la “panza” como el “lomo” están constituidos por dos pares de vigas maestras que se apoyan en los núcleos, las que están cruzadas por vigas secundarias que descansan sobre ellas. De estos dos planos cuelgan los pisos mencionados antes.
Áreas funcionales
EDIFICIO PRINCIPAL
Cuenta con tres subsuelos de depósitos con una superficie de 19.000 metros cuadrados siendo el sector C de los mismos el destinado a Hemeroteca, la que se comunica con su sala de lectura por medio de montalibros y escaleras internas. El sector A y B del 1º y 2º subsuelo están destinados a depósito de libros. El 3º subsuelo A y B se encuentra reservado para expansión futura.
En el nivel H se encuentran las salas de Hemeroteca y las áreas de No videntes, Dirección General de Coordinación Bibliotecológica, Departamento de Relaciones Públicas, Departamento de Muestras y Visitas Guiadas, Archivo Patrimonio Histórico Constructivo del edificio (ArPaHiCoBN), Procesos Técnicos del material ingresante (hemerográfico, bibliográfico, etcétera), Departamento de Sistemas, Central de Vigilancia y áreas administrativas.
Planta Baja: ingreso de público y dos salas de exposiciones: Leopoldo Marechal y María Elena Walsh.
1º piso: Auditorio Jorge Luis Borges, Sala Leopoldo Marechal, bar y salas de exposición Victoria Ocampo y Adolfo Bioy Casares.
2º piso: áreas administrativas.
Piso +2: sala de máquinas intermedia.
3º piso: áreas de Audioteca y Mediateca, Fototeca y Mapoteca, Tesoro, Sala Juan L. Ortiz, Dirección, Subdirección, Dirección General de Cultura y Diseño, Dirección General de Coordinación Administrativa y áreas sin acceso al público (Prensa y Comunicación, Diseño Gráfico, Derechos Humanos, Muestras Itinerantes, etcétera).
4º piso: archivo de manuscritos y materiales inéditos, depósitos de distintas áreas (Tesoro, Audioteca, etcétera).
5º piso: sala de lectura, boxes para investigadores, hall para pedido de libros.
6º piso: referencias, sala de lectura libre, áreas administrativas.
7º piso: sala de máquinas superior.
Terraza: sala de máquinas, ascensores de personal, torres de enfriamiento, tanque de agua superior.
ESCUELA DE BIBLIOTECARIOS
Se encuentra en volumen separado entre el nivel H y PB. Cuenta con tres aulas, biblioteca y Sala Augusto Raúl Cortazar. También se encuentra allí el Centro Argentino de Historia del Psicoanálisis, la Psicología y la Psiquiatría.
Bajo la misma encontramos:
Nivel semienterrado (talleres de preservación y restauración, talleres de microfilmación y digitalización).
Nivel –2: tablero de electricidad general.
Nivel –3: sala de máquinas principal y talleres de mantenimiento.
Referencias: