Historia de las máquinas

La historia de las máquinas puede remontarse al ábaco chino, de 5000 años de antigüedad.
Los primeros alfareros datan de 3500 años antes de Cristo. Usaban tornos para dar forma a la arcilla y crear jarrones. Manipulaban una máquina con precisión y rapidez mediante manivelas y pedales. Esta técnica también la utilizaron carpinteros y ebanistas para trabajar la madera.
Hacia fines del siglo XVIII había tornos y máquinas para realizar tareas básicas. Hacia 1760 un maestro fundidor (Jan Verbruggen) inventó una máquina de calibración de armas y Jacques Vaucanson,  construyó el primer taladro. Invención que se convertirá en parte esencial de las máquinas-herramienta.

Torno de madera de pedales medieval

Muchas máquinas se inventaron antes de finales del siglo XIX, pero fue durante la revolución industrial cuando se dió la verdadera transformación de las máquinas en complejidad,  usos y servicios. Las antecesoras de las máquinas industriales nacieron en los albores de la revolución industrial para llenar el mundo civilizado de muebles, vajilla de cocina, vehículos, indumentaria, materiales de construcción y productos de todo tipo para la vida moderna que se estaba gestando.
Gracias a estos primeros inventos, las máquinas-herramienta ahora cortan, liman o incluso taladran para fabricar todo tipo de piezas  con extrema precisión.

Historia de las técnicas

En primer lugar hay que destacar la historia de las técnicas, en la que ha influido la sucesión de tipos de energía utilizados: la fuerza del hombre (el pie sobre el pedal) la del viento o del agua (en el siglo XVI, gracias a la mecanización de la impulsión sistema, el torno se combinó con molinos y otras ruedas hidráulicas) la combustión del carbón (la máquina de vapor), la electricidad (pero también la luz, la energía química y acústica hasta el haz de partículas) y luego el desarrollo de la informática.
Luego la historia de los objetos que siguió la evolución de los materiales utilizados, la tierra, la madera, el metal luego los más diversos materiales y las aleaciones desarrolladas para las necesidades de la tecnología moderna.
Finalmente, la historia de la máquina-herramienta plantea cuestiones de sociedad como la condición del trabajador (desde el obrero de cadena de montaje, esclavo de la máquina-herramienta, hasta el técnico responsable de tornos digitales, pasando por los trabajadores poco cualificados en situación de desempleo) y la condición del hombre moderno. La producción estandarizada y las ganancias posibles por el uso de máquinas-herramienta han podido ofrecer al obrero acceso a bienes de consumo masivo y al tiempo libre.

Telar del siglo XII

 

Máquina de coser a pedal y manivela de 1907

Las primeras herramientas o máquinas motorizadas

Las primeras máquinas herramienta se inventaron alrededor de 1760. Verbruggen construyó una máquina para taladrar, es decir, para calibrar barriles, y Vaucanson diseñó el primer torno deslizante y un taladro cuyos diversos dispositivos se convirtieron en los componentes esenciales de la máquina herramienta.
Construida por Watt en 1775, la máquina de vapor revolucionó la industria. En las grandes fábricas, la fuerza motriz de la máquina de vapor se utiliza en las máquinas herramienta mediante poleas y correas. Los bloques de metal se ahuecan con fresadoras o se cortan con mordazas para obtener piezas más complejas. Las máquinas guiadas por trabajadores comienzan a producir piezas en serie.

La invención de la imprenta

En Alemania, alrededor de 1440, el orfebre Johannes Gutenberg inventó la imprenta de tipos móviles, que inició la revolución de la imprenta. Siguiendo el modelo del diseño de las prensas de tornillo existentes, una sola imprenta Renaissance de tipos móviles podía producir hasta 3600 páginas por día laboral, en comparación con cuarenta imprimiendo a mano y unas pocas copiando a mano. El nuevo molde manual de Gutenberg hizo posible la creación precisa y rápida de tipos móviles de metal en grandes cantidades. Sus dos inventos, el molde manual y la imprenta de tipos móviles, juntos redujeron drásticamente el costo de impresión de libros y otros documentos en Europa, particularmente para tiradas más cortas.


La llegada de la imprenta mecánica de tipos móviles a Europa en el Renacimiento introdujo la era de la comunicación de masas, que alteró permanentemente la estructura de la sociedad. La circulación relativamente libre de información e ideas (revolucionarias) trascendió fronteras, capturó a las masas en la Reforma y amenazó el poder de las autoridades políticas y religiosas. El fuerte aumento de la alfabetización rompió el monopolio de la élite alfabetizada sobre la educación y el aprendizaje y reforzó la emergente clase media. En toda Europa, la creciente autoconciencia cultural de sus pueblos condujo al surgimiento del protonacionalismo y aceleró el desarrollo de las lenguas vernáculas europeas, en detrimento del estatus del latín como lingua franca. En el siglo XIX, la sustitución de la prensa manual estilo Gutenberg por rotativas a vapor permitió imprimir a escala industrial.

La revolución industrial un hito clave en la historia de las máquinas

La mayoría de las máquinas-herramienta se habían inventado a finales del siglo XVIII, pero fue durante el siglo XIX, y sobre todo a partir de 1830, cuando se masificaron y se transformaron en máquinas industriales.
Gracias a la máquina herramienta, la industria progresó en el siglo XIX. La máquina-herramienta transforma el hierro: lo corta, lo lima, lo taladra para fabricar con precisión todo tipo de piezas: tornillos, ruedas dentadas, varillas o cilindros.
A principios del siglo XIX, los ingenieros ingleses tomaron una gran ventaja. Sus máquinas herramienta, tornos roscadores para tornillos y pernos, tornos mortajadores o ranuradoras, se fabrican en serie. La marina británica instaló la primera línea de montaje en Portsmouth en 1803: 45 máquinas especializadas producían 130.000 poleas al año para veleros. Al mismo tiempo, el estadounidense Whitney inventó una herramienta capaz de producir piezas de rifle idénticas.
Estos nuevos métodos de producción mejoran el trabajo de los trabajadores. Trabajando en fábricas, realizan tareas que ya no requieren mucho.


La revolución en la mecanización industrial que comenzó a mediados del 1700 avanzó a un ritmo asombroso a lo largo del siglo XIX, impulsada en parte por las mejoras tecnológicas en las herramientas de mecanizado, las máquinas de vapor y la forja de hierro. Las máquinas de “acción automática” impulsadas por vapor o electricidad, parecían moverse por su propia voluntad, cumpliendo tareas que antes eran realizadas únicamente por manos humanas. Los artesanos y trabajadores calificados fueron desplazados. La fábrica llegó para quedarse.

 

Referencias:

https://philippejamet.pagesperso-orange.fr/prod/theme2/machine.htm

https://en.wikipedia.org/wiki/Printing_press

https://www.amoutils.com/histoire-machines-outils/#:~:text=L’%C3%A9volution%20des%20machines%2Doutils,inventeur%2C%20construise%20la%20premi%C3%A8re%20perceuse.

 

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