El monasterio de Santa Catalina, en Montefaro, Ares (La Coruña, Galicia) permanece incólume desde que, en 1145, fue fundado por el conde Pedro de Osorio, de la casa de los Traba. Está ubicado en el “seno de los ártabros”, pueblo de raza celta que la ocupó y del que quedaron muchos vestigios, entre estos la existencia de un templo dedicado al Sol.
Fue fundado 3 de agosto de 1393 sobre la inicial construcción de lo que sería Convento de la Orden Tercera de San Francisco. Posteriormente abandonado por los franciscanos en 1835, tras la desamortización de Mendizábal, y convertido a continuación en un regimiento del ejército.
El 27 de enero de 2000, mediante una negociación entre el ejército y el municipio. El Monasterio de Santa Catalina de Montefaro pasó a patrocinio del Ayuntamiento.
Este monasterio cuenta con dos claustros. El mejor conservado es de estilo renacentista situado en la parte posterior de la iglesia. Este claustro tiene cinco arcos de medio punto en cada uno de sus lados, descansados sobre contrafuertes con otros pilares intermedios que sostienen la cornisa del techado. También se conservan auténticos murales datados del siglo XVII, bastante deteriorados.
Se conservan de la obra principal tres vanos cubiertos por una arcada doble entrecruzada, de arquivoltas apuntadas, que se apoya sobre columnas pareadas, con capiteles de decoración zoomórfica y pasajes de la vida de San Francisco. En las basas predominan las veneras de adscripción jacobea.
En las modificaciones realizadas en el siglo XVIII la planta de la iglesia fue sustituida por una nave de cubierta única con bóveda de cañón sobre arcos con lunetas sobre el altar mayor.
El retablo que preside el interior es de madera policromada con esquemas de ornamentación barroca. En la actualidad algunas de las imágenes están en las iglesias ferrolanas del Socorro, San Julián y San Francisco.
La torre de formas macizas, se corona con balaustrada y cimborrio, con marcado carácter churrigueresco.
Cuantiosos restos escultóricos y capiteles del monasterio están en el Museo Arqueológico de San Antón, en la ciudad de A Coruña.