Las ventanas de madera siguen siendo ampliamente utilizadas en arquitectura, en general por su duración y apariencia, a continuación se describen algunos beneficios de su uso.
Apariencia: la madera es la materia prima más autorizada, ampliamente utilizada gracias a las muchas posibilidades existentes para su estética. Además, otros materiales menos valiosos se pueden hacer agradables si fingen las venas leñosas. Desde un punto de vista estético, sin embargo, no hay rivales entre otros materiales.
Duración: disipemos el mito de que el PVC es el único material que dura para siempre y no requiere mantenimiento. Según el Green Building Digest (fuente: Greenpeace) las ventanas de madera de calidad, si se mantienen adecuadamente, duran tanto como el edificio en el que están instaladas.
Perfomances: la madera es un excelente aislante natural, sin embargo, es importante señalar que el rendimiento no solo está relacionado con el material del marco, sino también con la complejidad de la ventana en sus accesorios, vidrio y juntas. Estos elementos, si son de calidad y están correctamente ensamblados, hacen que el rendimiento del aislamiento acústico y térmico de las ventanas de madera sea muy alto;
Sostenibilidad: los procesos de producción para hacer ventanas de madera implican menos energía que las ventanas hechas de otros materiales. Además, la madera tiene un ciclo de vida de alrededor de 30 años, por lo tanto, un recurso extremadamente renovable. Al comparar la madera con otro material, como el PVC, el impacto ambiental diferente es obvio: en el PVC hay una alta presencia de cloro, elemento altamente contaminante. Además, los materiales utilizados para la producción son altamente tóxicos. Compañías líderes como Nike, IKEA, Volvo y Volkswagen y países como Alemania, Austria, Dinamarca y Suecia han emprendido políticas para eliminar el PVC de productos y edificios públicos y privados (fuente: “Puertas y ventanas de madera: medio ambiente y ahorro de energía” Politécnico de Milán). También en Italia existe un proyecto de ley que limita el uso de PVC en diferentes campos (proyecto de ley n. 366 depositado en 1997: normas para la prohibición del uso de cloruro de polivinilo en algunos productos).