La arquitectura china antigua se desarrolló desde la sociedad primitiva a la Dinastía Qing, última del Imperio Chino (221 a. C. a 1912 d. C.). En esta arquitectura se pasó de la técnica de edificios con estructura de madera y de tierra apisonada hacia baldosas y viviendas con piedras, ladrillos y azulejos. Perfeccionada en las dinastías Wei, Jin, Sur y Norte, este arte estuvo fuertemente influenciado por las creencias chinas de las diversas épocas que abarcó.
Básicamente, las edificaciones conformaban conjuntos arquitectónicos distribuidos alrededor de patios simétricos. Regida por los principios de equilibrio y simetría, la arquitectura tradicional china distribuyó el espacio en unidades rectangulares que se unían para formar un todo. En la arquitectura china antigua, predominaban las formas rectangulares de diferentes tamaños que se posicionan de acuerdo con la importancia que tenían para el conjunto.
El diseño de los pueblos tradicionales por lo general ha sido compuesto por tres elementos principales: una orientación norte-sur, una plaza y altos muros defensivos.
El concepto del Yin y el Yang (feng shui) jugó un papel importante en el desarrollo de la arquitectura residencial. El norte representa el frío y la sombra (Yin), por lo tanto, las viviendas no deberían hacer frente al norte, sino al sur, hacia el sol (Yang) y la luz.
La importancia de un cuadrado se basa en la antigua creencia china de que la Tierra es un cuadrado, mientras que el cielo es una esfera. Todo fue construido con esto en mente, palacios, templos, residencias e incluso pueblos enteros.
En las paredes se plasmaban homenajes a la dinastía Shang (16-11 aC) cuando se construyeron altos muros alrededor de los pueblos para la defensa militar. Las circunvalaciones son carreteras que rodean una ciudad y por lo general se alinean con la vivienda residencial.
Las grandes puertas de las ciudades no se encuentran fácilmente en China. Los templos y pagodas se encuentran dentro de las áreas históricas. La vivienda se compone en la actualidad de grandes complejos de apartamentos estandarizados atestadas juntos para conseguir un uso óptimo de la tierra.
Las grandes ciudades de la costa, sin embargo, han tratado de ampliar sus estilos arquitectónicos desde sólo diseños monótonos de los estilos internacionales.
Una característica vinculada a las creencias chinas fue el empleo de azulejos amarillos, el color imperial, para el revestimiento de los techos. Además, las paredes se encontraban coloreadas de rojo, mientras que el negro era empleado para las pagodas (edificaciones escalonadas típicas de Asia). También, la arquitectura imperial empleó ampliamente el emblema del dragón. Este animal mitológico era elegido para decorar techos, puertas y vigas. Por otra parte, la numerología tuvo un rol importante en la realización de las construcciones. Se empleó mucho el número nueve, considerado el número más grande de un solo dígito. A su vez, las construcciones imperiales se emplazaban mirando al oriente, por ser la dirección del sol naciente. Todo esto puede ser apreciado aún en los edificios que permanecen en la Ciudad Prohibida, el emblemático palacio imperial por más de 500 años ubicado en el centro de Pekín, como así también en palacios, templos, mausoleos y residencias que se mantienen en pie en la China del siglo XX.
A diferencia de la arquitectura occidental, la oriental se basa en un eje de privilegios. Respetuosa de la Naturaleza, es un arte que refleja la superioridad del Emperador y las diferencias de una sociedad de castas fuertemente dividida en clases.
Arquitectura china antigua
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