El círculo cromático de colores es una teoría basada en la mezcla de colores.
Ya no hablamos de radiaciones de luz coloreadas, sino de los colores como sustancias, como por ejemplo las pinturas.
Cuanto mejor se comprenda esta teoría, mejor será el resultado de las mezclas de colores.
El centro de este círculo está compuesto por nuestros tres “colores primarios”. Estos son los colores más puros, puros porque no han pasado por ninguna mezcla: azul, amarillo y rojo.
Justo fuera del triángulo de los tres colores primarios se encuentran los “colores secundarios”: verde, naranja y morado. Estos colores son el resultado de una mezcla a partes iguales de dos colores primarios.
Verde, compuesto por el azul y el verde.
Morado, compuesto por el azul y el rojo.
Naranja, compuesto por el rojo y el amarillo.
Y finalmente, fuera de los colores secundarios del círculo, se encuentran los “colores terciarios” (sí, terciarios es una palabra, lo he comprobado).
Estos colores son el resultado directo de la mezcla (a partes iguales, de nuevo) de un color primario y un color secundario.
Turquesa: mezcla de azul y verde.
Ciruela: mezcla de rojo y morado.
Amarillo cobre o dorado: mezcla de amarillo y naranja.
Verde lima: mezcla de amarillo y verde.
Índigo: mezcla de azul y morado.
Bermellón: mezcla de rojo y naranja.
Los colores complementarios en el círculo cromático:
En el círculo cromático, los “colores complementarios” son pares de colores de tonalidad opuesta.
Al oponerse, creando contraste, al colocarse uno junto al otro, complementan al color opuesto; de ahí el nombre de “color complementario”.
Un ejemplo perfecto es el adorno navideño rojo, que se verá aún más rojo al colocarlo en el árbol de Navidad verde.
Lo interesante es que, como acabamos de decir, al colocarlos uno junto al otro se complementan, pero ¿qué ocurre al mezclarlos? Pues adivina qué: se neutralizan.
Los peluqueros (o mejor dicho, los coloristas) usan este truco constantemente. Por ejemplo, si tienes el pelo naranja y quieres teñirte el pelo rubio, el técnico de color añadirá un poco de pigmento azul concentrado al color para difuminar el naranja.
Entonces, ¿cómo saber cuál es el opuesto complementario de un color?
Fácil, pero necesitas los colores secundarios.
La lógica de la mezcla de un color secundario es la siguiente:
El verde está compuesto de azul y amarillo, por lo que el color que no ha entrado en su composición es el rojo, convirtiéndolo en su color complementario.
El morado está compuesto de azul y rojo, y el color que no ha entrado en su composición es el amarillo, convirtiéndolo en su color complementario.
El naranja, al estar compuesto de rojo y amarillo, y al no tener azul en su composición, convierte al azul en su color complementario.
Por lo tanto, sabiendo lo que sabemos, lo siguiente tendrá mucho sentido.
Como maquillador, obviamente te encontrarás con rostros con imperfecciones.
¿Cómo las corregiremos? ¡Usando su color complementario!
Grano/cicatriz roja: corrector verde.
Ojeras azules: corrector melocotón o anaranjado.
Ojeras moradas (¿ojo morado? :/): corrector amarillo o dorado.
Ojeras verdes: corrector melocotón o rosado.
Ahora, ¿cómo resaltamos un color? ¿Cómo lo ponemos en valor?
Ojos azules: sombras de ojos en tonos dorados o anaranjados.
Ojos verdes: sombras de ojos en tonos rosados o malvas.
Ojos ámbar/marrones: sombras de ojos en tonos turquesa o azulados.
Es fundamental que aprendas a combinar tus propios colores con los conocimientos adquiridos para adaptarte a cada cliente. No lo olvides: el cabello, el tono de piel, la ropa e incluso las preferencias personales del cliente también influirán en tus decisiones como artista. Así que no seas tímido, es tu lienzo.