Las alfombras persas son tradicionales piezas artesanales, tejidas por medio de un telar con algodón, lana y seda. Estas materias primas son teñidas para lograr los efectos de color y la urdimbre compuesta por diversos nudos terminan de conformar los diferentes tipos de dibujos y diseños (en su mayoría arabescos entrelazados) que han hecho famosas a estas alfombras.
Se caracterizan por ser de colores vivos y sus motivos y tramas están inspirados en diferentes elementos de la naturaleza, insectos, plantas, raíces. También pueden representar símbolos divinos como el sol, el árbol de la vida, el cielo o el paraíso. Es sabido que cada alfombra es única en su diseño y color, no existen dos iguales. Su estructura está formada por hilos que se tejen de forma vertical para formar la base e hilos que horizontales que se tejen a través de la base para formar los dibujos.
Las alfombras persas son parte fundamental de la cultura de lo que fue el Imperio Persa. Su tejido y confección han llegado al estatuto de Arte en esa cultura, que tiene su origen en la Edad de Bronce. Se pueden rastrear sus inicios en las tribus nómades que recorrían Irán y Pakistan, que las utilizaban como protección para el frío de los duros inviernos.
Actualmente si bien la producción de las alfombras persas se ha mecanizado aún se mantienen las técnicas de tejido antiguas, que se han pasado de generación en generación en las tribus tradicionales nómades.