Las iglesias medievales se caracterizaron por incluir varios elementos propios relacionados con la fé católica y las costumbres. La girola en arquitectura, es uno de los elementos más importantes en el extremo superior del plano cruz.
¿Qué es una girola en arquitectura?
La girola es un elemento arquitectónico común en la arquitectura de iglesias románicas y góticas. Se trata de una galería o pasillo semicircular o poligonal que rodea el ábside de una iglesia. La girola se encuentra generalmente detrás del altar mayor y está separada del presbiterio por una serie de columnas o pilares.
Historia de la girola o deambulatorio en arquitectura
La girola, también conocida como deambulatorio, tiene una rica historia en la arquitectura eclesiástica, particularmente en el contexto de la arquitectura románica y gótica.
La girola encuentra sus raíces en la arquitectura románica. Durante este período, las iglesias a menudo tenían una planta basilical con una nave central y pasillos laterales. Para facilitar el flujo de peregrinos y fieles, así como para proporcionar un espacio adicional para la veneración de reliquias, se desarrolló la girola. Las iglesias románicas más pequeñas a menudo tenían girolas más sencillas y menos desarrolladas.
La girola se volvió más prominente y sofisticada durante la era gótica. La arquitectura gótica, con sus avances en técnicas constructivas, permitió la creación de estructuras más esbeltas y altas, y la girola se integró de manera más integral en el diseño de las catedrales góticas. Las girolas góticas a menudo presentaban capillas radiales, vitrales y elementos decorativos elaborados.
La girola tenía un simbolismo significativo. El acto de caminar alrededor del ábside se asociaba simbólicamente con la peregrinación y la devoción. Además, la girola a menudo estaba vinculada a la presencia de reliquias, ya que las capillas radiales podían albergar objetos sagrados y reliquias de santos.
La Orden Cisterciense, una orden monástica fundada en el siglo XI, influyó en la evolución de la girola. Los monasterios cistercienses a menudo tenían girolas sencillas y funcionales, reflejando la búsqueda de la simplicidad y la austeridad característica de la orden.
Aunque la girola alcanzó su apogeo en la arquitectura gótica, continuó siendo utilizada en épocas posteriores y en diversos estilos arquitectónicos. Algunas iglesias barrocas y neogóticas también incorporaron girolas, adaptando este elemento a sus propios estilos y necesidades litúrgicas.
En resumen, la girola ha experimentado una evolución a lo largo de los siglos, desde sus orígenes en la arquitectura románica hasta su desarrollo más completo y expresivo en la arquitectura gótica. Su presencia ha dejado una marca significativa en la historia de la arquitectura eclesiástica y en la experiencia litúrgica y devocional de los fieles a lo largo del tiempo.
Características de la girola
✔ La girola permite a los fieles caminar alrededor del ábside de la iglesia, proporcionando un espacio para la devoción y la contemplación. Este camino circular simboliza a menudo la peregrinación y puede estar asociado con la veneración de reliquias católicas.
✔ A lo largo de la girola, es común encontrar capillas radiales o absidiolos que son pequeñas capillas situadas en la parte trasera de la iglesia. Estas capillas suelen albergar reliquias, altares adicionales o estatuas de santos, proporcionando lugares adicionales para la oración y la adoración.
✔ La girola se asocia especialmente con la arquitectura gótica, donde se desarrolló y se incorporó con frecuencia en la construcción de catedrales. Aunque la girola también se encuentra en algunas iglesias románicas, su uso se hizo más prominente en la arquitectura gótica, donde se aprovecharon nuevas técnicas de construcción y se buscó una mayor expresión vertical y luminosa.
✔ En la girola, se suelen encontrar ventanas radiales, que son aberturas en el muro que permiten la entrada de luz. Estas ventanas contribuyen a iluminar el ábside y la girola, creando un efecto visual impresionante y simbólico.
✔ La girola es un elemento arquitectónico que a menudo se asocia con iglesias de gran importancia histórica y arquitectónica. Su presencia no solo tiene una función práctica al proporcionar espacio adicional para la circulación y devoción, sino que también tiene connotaciones simbólicas y estéticas que enriquecen la experiencia religiosa en el contexto de la arquitectura de iglesias.